Biografía
La Beata Josefa María de Santa Inés, virgen, más conocida como la Beata Inés de Benigánim, nació el 9 de febrero de 1625 en una muy pobre casa de esta valenciana población de Benigánim, y fue bautizada el mismo día de su nacimiento en la misma Iglesia parroquial donde después recibiría los sacramentos de la comunión y la confirmación.
Josefa era analfabeta, pero de una sencillez y simplicidad tan extraordinaria que Dios se complació en ella tal como Jesús manifestó que Dios se revela a la gente sencilla, y se oculta a sabios y entendidos (Lc. 10, 21).
A los 18 años se consagró al Señor en el Monasterio que hay en su pueblo natal y que pertenece a las Monjas Agustinas Descalzas, fundadas por San Juan de Ribera. Se distinguió por su pureza y sencillez de espíritu y por su caridad hacia los más necesitados. Ofrecía continuas oraciones y sacrificios por la Iglesia, por sus pastores y por la conversión de los pecadores y por las almas del purgatorio.
Su penitencia, su caridad y su don de oración mística fueron inagotables. Sencilla, humilde, entregada afanosamente a los trabajos y servicios de la comunidad, era un espíritu de eminente contemplación. Sus éxtasis la mantenían en constante arrobamiento y muchas veces, clavando sus ojos en el cielo, era arrebatada del suelo.
Su confesor decía: Tratada en cosas tocantes a lo del mundo, parecía no tener uso de razón; pero que en lo que toca a virtud y perfección discurría como un Santo Tomás y aconsejaba como un San Pablo. Su vida fue toda ella un milagro y una confidencia continuada con su esposo divino, que se le aparecía y hablaba con envidiable familiaridad. La monjita ignorante fue la consejera espiritual de tantas personas de elevados cargos que a ella acudían a consultarle los asuntos más arduos de su vida y gobierno.
Su vida toda ella fue un milagro.
Falleció el 21 de enero de 1696, a los 71 años de edad. Fue beatificada por León XIII el 26 de febrero de 1888.
Sus restos se conservan en el convento de Agustinas de Benigánim.